¿Hay alguien al volante en Epic Games o es esta la campaña de marketing más genial y caótica de la historia?
A ver, que alguien me lo explique. ¿Qué está pasando en las oficinas de Epic Games? ¿Hay un becario con acceso al servidor principal que se dedica a filtrar el futuro del juego por fascículos o estamos ante la campaña de marketing más caótica y a la vez genial de la historia de los videojuegos? La comunidad de Fortnite vive en un estado de perpetua confusión y euforia, un torbellino de información que parece tener un único destino: un reinicio masivo con la llegada de un hipotético Capítulo 7.
En las últimas semanas, hemos sido testigos de una avalancha de filtraciones. Y no hablamos de un par de skins o un arma nueva, no. Hablamos de hojas de ruta completas, colaboraciones que harían temblar a cualquier director de marketing y mecánicas que prometen volver a poner el juego patas arriba. Desde colaboraciones con sagas míticas hasta nuevos modos que parecen juegos completamente nuevos. Todo esto, curiosamente, llega en un momento en que Epic también ha decidido sacar la tijera y empezar a recortar modos de juego que, para muchos, eran una parte fundamental de su rutina diaria. ¿Coincidencia? En esta industria, amigos, las coincidencias no existen.
Filtraciones que parecen notas de prensa
Lo de las filtraciones de Fortnite ya es un género en sí mismo. Históricamente, siempre ha habido pequeñas fugas de información que caldeaban el ambiente antes de una nueva temporada. Pero lo de ahora es otro nivel. Es tan masivo, tan detallado, que uno llega a pensar que la propia Epic está orquestando este «caos». Es una estrategia de guerrilla, un goteo constante de información que mantiene al juego en boca de todos, generando una expectación que ningún tráiler oficial podría igualar. Han conseguido que la comunidad se convierta en una red de detectives, uniendo piezas y creando teorías que alimentan el fuego del hype sin que Epic tenga que mover un dedo… oficialmente.
Pensemos por un momento en la lógica empresarial. Ninguna compañía de este calibre puede permitirse tantas fugas de información sensible sin que rueden cabezas. A menos, claro, que la fuga sea la estrategia en sí misma. Crear un relato de «lo prohibido», de «lo que no deberías saber», es una herramienta de marketing poderosísima en la era digital.
La gran purga: Si te gustaba, ya no está
Y mientras por un lado nos bombardean con todo lo que está por venir, por otro nos quitan lo que ya teníamos. La eliminación de modos de juego queridos por la comunidad ha sido un golpe bajo para muchos. Hemos visto desaparecer alternativas al Battle Royale que servían de refugio para jugadores que buscaban una experiencia más relajada o simplemente diferente. Epic Games argumenta que estas decisiones son necesarias para no fragmentar a la comunidad y mantener la salud del matchmaking. Y aunque hay una lógica aplastante en ello, no deja de sentirse como si estuvieran haciendo limpieza antes de una gran mudanza.
Están despejando el tablero, simplificando la oferta para concentrar a todos los jugadores en un mismo punto. ¿Y para qué querrías a millones de personas mirando en la misma dirección? Para asegurarte de que nadie se pierda el gran espectáculo que estás a punto de montar. Están preparando el terreno para la llegada de algo grande, y no quieren distracciones.
El plan maestro hacia el Capítulo 7: Atar cabos en medio del caos
Aquí es donde todas las piezas del puzle encajan. Las filtraciones masivas generan un hype estratosférico sobre el futuro. La eliminación de modos de juego focaliza la atención de la base de jugadores. Todo apunta a una estrategia de «tierra quemada» para preparar un relanzamiento. No una simple temporada nueva, sino un reinicio en toda regla, una nueva era para Fortnite. Un Capítulo 7 que, siguiendo el patrón histórico del juego, probablemente vendrá acompañado de un evento cataclísmico, un nuevo mapa y un cambio radical en las mecánicas jugables.
Lo que más me sorprende de todo esto, y aquí va mi comentario personal, es la audacia casi arrogante de Epic. Son capaces de lanzar tres juegos nuevos dentro de su propio juego (LEGO Fortnite, Rocket Racing y Fortnite Festival), para luego crear una sensación de escasez eliminando otras opciones. Es una montaña rusa emocional para el jugador, una genialidad del marketing que nos mantiene enganchados a base de darnos y quitarnos. Nos tratan como a un público en un truco de magia: nos distraen con una mano mientras preparan la gran revelación con la otra. Y lo peor (o mejor) de todo es que, sabiendo que es un truco, seguimos aplaudiendo.
En definitiva, este aparente caos tiene toda la pinta de ser un caos meticulosamente controlado. Epic Games no está perdiendo el control; está, una vez más, reescribiendo las reglas de cómo mantener un juego vivo y relevante casi una década después de su lanzamiento. Están purgando lo viejo para hacer sitio a lo nuevo, generando una conversación constante y asegurándose de que, cuando finalmente pulsen el botón rojo del Capítulo 7, el mundo entero esté mirando. Y tú, ¿crees que es una genialidad o una locura? ¿Estás listo para el reinicio?