Tras 100 horas sumergido en Fantasy Life i: The Girl Who Steals Time, puedo decir que este juego es como ese amigo que te invita a una cerveza y acaba contándote una historia épica que no esperabas. Level-5 ha vuelto con una secuela que toma lo mejor del original de 3DS y lo expande hasta niveles que, francamente, me han dejado con la boca abierta. Pero no todo es un paseo por un campo de flores pixeladas. Vamos a desgranar esta aventura, sus mecánicas, su narrativa y ese algo especial que me ha robado más tiempo del que debería confesar.
Un mundo donde ser quien quieras
Si jugaste al Fantasy Life original, sabes que la gracia estaba en su libertad para elegir vidas, esas profesiones que van desde mago hasta cocinero. Aquí, Level-5 no solo mantiene esa esencia, sino que la amplifica con 14 vidas que puedes cambiar a tu antojo. ¿Quieres ser un paladín heroico por la mañana, un carpintero zen por la tarde y un pescador melancólico al anochecer? Puedes. Y no es solo un gimmick: cada vida tiene sus propias misiones, habilidades y progresión, lo que hace que el juego se sienta como una caja de bombones infinitos. Nunca sabes qué delicia (o caos) te espera al cambiar de rol.
Lo que más me sorprendió fue cómo el juego te empuja a experimentar. Recuerdo una noche en la que, tras fallar estrepitosamente como minero (sí, se me rompió la piqueta tres veces), decidí probar la vida de alquimista. Terminé creando una poción que explotó en mi cara, pero de alguna manera, esa torpeza me hizo reír a carcajadas. Es un detalle entrañable: el juego no te castiga por probar y fallar, sino que te anima a seguir jugando con sus sistemas. Esa libertad es adictiva, y cuando te das cuenta, llevas 10 horas cortando madera o pescando en una isla que parece sacada de un sueño.
Una narrativa que va más allá del tiempo
La historia de The Girl Who Steals Time empieza con un planteamiento intrigante: tú, un aventurero, llegas a una isla en ruinas guiado por un arqueólogo y un misterioso fósil de dragón. Sin spoilers, diré que la narrativa mezcla viajes en el tiempo, profecías y una chica misteriosa que te hace cuestionar todo. No es The Witcher 3, pero tiene un encanto propio que combina lo épico con lo cotidiano. Las misiones principales son sólidas, pero las historias de las vidas secundarias, como las rivalidades entre carpinteros o los dramas de los cocineros, son las que realmente te atrapan.
Dicho esto, no todo brilla. Algunas misiones secundarias se sienten repetitivas, del tipo “ve a por 10 hierbas” o “derrota a 5 bichos”. No es un crimen, pero en un juego tan ambicioso, esperaba un poco más de creatividad. Comparado con otros RPG de simulación como Stardew Valley, Fantasy Life i sobresale en libertad, pero a veces se queda corto en pulir estas tareas. Aun así, la narrativa principal y las interacciones con los personajes, llenas de diálogos con un humor que roza lo absurdo, compensan con creces.
Mecánicas que enganchan, pero no perfectas
En términos de mecánicas, Fantasy Life i es un buffet libre. Puedes construir tu propia ciudad, personalizar tu equipo, combatir monstruos o simplemente decorar tu casa con muebles ridículamente adorables. El combate es simple pero funcional, con un enfoque en tiempo real que recuerda a un Zelda ligero. Sin embargo, la IA de los compañeros puede ser un dolor de cabeza. En una ocasión, mi equipo de NPCs decidió quedarse mirando un dragón mientras yo me llevaba todos los golpes. ¿Amigos? Más bien espectadores con palomitas.
Por otro lado, el componente multijugador es un acierto. Jugar con amigos para construir o explorar es una gozada, aunque requiere suscripción a servicios como Nintendo Switch Online. No es un drama, pero en 2025, uno espera que estas funciones sean más accesibles. IGN alabó esta mezcla de cozy sim y acción, dándole un 9/10, y estoy de acuerdo en que es adictiva, pero disiento en que sea perfecta. La curva de dificultad a veces es inconsistente, y algunos sistemas, como el crafting, pueden sentirse abrumadores al principio.
Una sorpresa que me robó el corazón
Lo que realmente me dejó boquiabierto fue el sistema de personalización de la isla. No esperaba que un juego que ya ofrece tanto me permitiera moldear mi entorno hasta ese punto. Pasé una tarde entera colocando árboles y fuentes como si fuera el alcalde de un Animal Crossing con esteroides. Es un detalle que, en un mercado saturado de simuladores de vida, hace que Fantasy Life i destaque. Es como si Level-5 hubiera dicho: “¿Quieres libertad? Toma, y de propina, un dragón de hueso”.
Sin embargo, no todo es color de rosa. El rendimiento en Nintendo Switch tiene caídas ocasionales de frames, especialmente en áreas con muchos elementos. No es injugable, pero en un juego tan visualmente encantador, estas pequeñas trabas duelen. Comparado con la versión de PC, que he probado en un Steam Deck, la experiencia es más fluida, pero no todos tienen acceso a esas plataformas.
¿Vale la pena?
Tras 100 horas, Fantasy Life i: The Girl Who Steals Time es un juego que no solo cumple, sino que desborda expectativas. Es una carta de amor a los fans del original y un imán para quienes buscan un RPG que combine aventura, simulación y un toque de locura. No es perfecto, y sus tropiezos técnicos o misiones repetitivas pueden frustrar a algunos, pero su encanto y profundidad lo compensan. Como dijo un usuario en X, “este juego se ha apoderado de mi vida”, y no podría estar más de acuerdo. Si te gustan los mundos vivos y la libertad de ser quien quieras, este título es para ti. Ahora, si me disculpas, tengo una isla que decorar y un dragón que domesticar.