El panorama de los videojuegos es un hervidero constante de ideas, donde los desarrolladores no temen fusionar géneros que, a primera vista, parecen tan compatibles como el agua y el aceite. Y de vez en cuando, de esa audacia nace una joya que nos hace replantearnos lo que creíamos saber. Hoy, ponemos la lupa en Death Howl, un título que no solo se atreve a mezclar la brutalidad del soulslike con la estrategia de los deckbuilders, sino que, según las voces que resuenan por la red, podría estar redefiniendo el género. ¿Es esto pura hipérbole o estamos ante un nuevo titán? Abróchense los cinturones, almas perdidas, porque vamos a desentrañar este misterio.
El Grito de la Muerte: Una Fusión Inesperada
Cuando escuchas «soulslike«, lo primero que te viene a la mente es, probablemente, un caballero en armadura esquivando ataques imposibles con un timing de cirujano. Y si te digo «deckbuilder«, pensarás en un mazo de cartas, estrategia por turnos y un buen café. La idea de unirlos suena a experimento de laboratorio, ¿verdad? Pues Death Howl, desarrollado por el equipo danés de tres personas The Outer Zone y publicado por los geniales 11 bit studios, nos ha pillado a todos con la guardia baja al hacerlo, y muy bien, por cierto.
El juego nos sumerge en la desgarradora historia de Ro, una madre chamana que se niega a aceptar la pérdida de su hijo, Olvi, y decide adentrarse en un Reino Espiritual lleno de peligros para traerlo de vuelta. Es una premisa potente, una de esas que te enganchan más allá del gameplay, apelando directamente a las fibras más sensibles de nuestro yo interior, especialmente si eres padre.
A nivel mecánico, Death Howl es un festival para los amantes de la estrategia. Puedes crear mazos letales con más de 160 cartas, reclamar poderosos Tótems y combatir en un sistema táctico basado en cuadrículas. Es decir, tienes el control de tu destino, pero el mundo no te lo va a poner fácil.
¿Soulslike y Deckbuilder? La Receta del Éxito
La combinación de géneros es donde Death Howl brilla con luz propia. No es solo un deckbuilder con una capa de pintura oscura; es un juego que incorpora elementos centrales de los soulslike de forma orgánica. La dificultad es elevada, cada encuentro es un desafío y el aprendizaje de los patrones enemigos es crucial para la supervivencia. Si esperabas un paseo por el parque, te has equivocado de parque, amigo.
La Dificultad Elevada al Arte (y a los Memes)
Hablemos de la dificultad. Muchos juegos hoy en día se autoproclaman «soulslike» a la ligera, pero Death Howl se ha ganado el título con sudor y lágrimas… las nuestras, claro. Los críticos lo describen como una experiencia brutalmente adictiva, donde la paciencia y la atención son claves. Y sí, vas a morir. Mucho. Pero como en los grandes del género, cada derrota es una lección, no un final.
El Precio de la Redención y los «Bonfires» del Alma
Una de las mecánicas más interesantes que toma prestada de sus primos soulslike son los «Bosques Sagrados«. Estos funcionan como las míticas hogueras de Dark Souls: puedes descansar, guardar la partida y mejorar a Ro. Pero, ¡ay, amigos! La contrapartida es que todos los enemigos que has derrotado reaparecen, forzándote a evaluar constantemente el riesgo-recompensa. Es como ese amigo que te ofrece un favor, pero luego te pasa una factura que no esperabas. Puro humor negro, pero efectivo.
Además, el juego no se anda con rodeos. Hay quienes señalan una ausencia de tutoriales explícitos y una curva de aprendizaje que es más bien una pared vertical. Prepárate para el ensayo y error, para la frustración inicial, y para esa dulce sensación de triunfo cuando, por fin, «haces clic» con sus mecánicas. Es el rito de iniciación, supongo.

Un Viaje Visual y Narrativo que Deja Huella
Más allá de las mecánicas, Death Howl te atrapa por su atmósfera. Su estilo artístico, con colores minimalistas y pixel art, crea un mundo sombrío y distorsionado que algunos comparan con una novela gráfica oscura de Mike Mignola. Cada píxel cuenta una historia, cada rincón susurra un secreto. Es una belleza melancólica, una de esas que te calan hondo.
Píxeles que Cuentan Historias y el Poder de la Adaptación
La narrativa se apoya fuertemente en la narrativa ambiental, con poca exposición directa y una gran cantidad de momentos emocionales que resuenan especialmente si has experimentado el duelo. La historia de Ro no es solo la suya; es un espejo de la lucha humana contra el dolor, un viaje metafórico a través de la pena, la supervivencia y la aceptación.
Y para mantenernos alerta, el juego introduce un giro ingenioso: el mundo está dividido en cuatro regiones, y cada vez que entras en una nueva, tu mazo se «reinicia» con nuevas cartas y una penalización de maná para las antiguas. Esto te obliga a adaptarte, a experimentar con nuevas sinergias y a no estancarte en una única estrategia. Es un buen toque para evitar que la experiencia se vuelva repetitiva.

Veredicto Final: ¿Redefiniendo el Género o Solo Jugando con Fuego?
Death Howl se lanzó en PC el 9 de diciembre de 2025 y llegará a consolas (Xbox Series X|S, Switch y PS5) el 19 de febrero de 2026. La recepción ha sido, hasta ahora, «Muy Positiva» en Steam, con un 89% de reseñas positivas, y cuenta con un Metascore de 84. Cifras que no engañan y que avalan el buen hacer de The Outer Zone.
¿Redefine el género? Quizás sea una afirmación grandilocuente para un juego recién llegado, pero lo que sí es seguro es que Death Howl toma elementos de dos mundos aparentemente dispares y los fusiona con una coherencia y maestría que pocos logran. Es un título que no solo te desafía con su combate, sino que te envuelve con su narrativa y su estilo visual. Una experiencia que, a pesar de su dureza, te deja una huella. Si te gusta que te lo pongan difícil, que te cuenten una buena historia y eres de los que disfrutan explorando las profundidades de la estrategia, dale una oportunidad a este grito de muerte. Quizás encuentres una nueva obsesión. Y sí, es probable que la compañía de un buen café (o algo más fuerte) no te venga nada mal para afrontar sus desafíos.


