Volvemos a la casilla de salida, una vez más. Cada cierto tiempo, como las estaciones del año o ese amigo que solo aparece para pedirte un favor, el rumor de Half-Life 3 regresa a nuestras vidas. Y aquí estamos, en pleno 2025, con el corazón en un puño y una ceja levantada con tanto escepticismo que casi se nos sale de la frente. Pero, ay, amigos, esta vez la cosa se siente… diferente. O quizás es que simplemente queremos creer.
La comidilla en foros, redes y hasta en susurros por Discord es que Valve, la compañía que nos enseñó a amar las palancas y a temer a los cangrejos en la cabeza, podría estar preparando un anuncio bomba para este año. Sí, has leído bien. Después de una travesía por el desierto más larga que la filmografía de Nicolas Cage, las miguitas de pan parecen conducir a algo tangible.
Crónica de una ausencia: ¿Por qué tanto revuelo?
Para los más jóvenes del lugar o para quienes vivieran en una cueva sin Steam, recordemos por qué este tema es casi una religión. Half-Life 2: Episode Two nos dejó en 2007 con uno de los cliffhangers más crueles de la historia del videojuego. Y desde entonces, nada. Silencio. Valve se dedicó a sus cosas: a imprimir dinero con Steam, a reinventar los eSports con Dota 2 y CS:GO, y a dejarnos con la miel en los labios.
La espera se convirtió en un meme, una broma interna de la comunidad que ya ni hacía gracia. Pero entonces llegó Half-Life: Alyx, una obra maestra para la realidad virtual que demostró dos cosas: que Valve no se había olvidado de su saga estrella y que, cuando se ponen, siguen siendo los reyes. Aquello no era Half-Life 3, pero fue como un vaso de agua fresca en mitad de ese desierto que mencionaba. Nos recordó que la esperanza, aunque a veces sea una canalla, es lo último que se pierde.
Los rumores de 2025: ¿humo o fuego de verdad?
Ahora el runrún es más fuerte que nunca. Varios insiders y periodistas de confianza, como Mike Straw de Insider Gaming, llevan meses agitando el avispero. Hablan de un anuncio inminente en 2025, con un posible lanzamiento en la primavera de 2026. Las piezas, si te paras a pensar, encajan de una forma sospechosamente perfecta.
Valve ha estado moviendo ficha en el tablero del hardware. Hace no mucho anunciaron sus nuevas Steam Machines, un mando rediseñado y hasta un nuevo casco de realidad virtual. ¿Y qué mejor forma de vender todo ese cacharro nuevo que con el juego más esperado de las últimas dos décadas? Sería la jugada maestra, un golpe sobre la mesa para decirle al mundo que Valve no solo vive de su tienda.
Además, hay filtraciones más técnicas, de esas que nos ponen tontorrones a los que nos gusta mirar bajo el capó. Se habla de que el juego, conocido internamente con el nombre en clave HLX, ya estaría en fases avanzadas de «pulido y optimización». Un usuario anónimo en Reddit, que decía ser de un laboratorio de IA colaborador, llegó a afirmar que el gran avance era un sistema de físicas revolucionario basado en machine learning, capaz de simular fluidos y destrucción con un realismo nunca visto. Imagina las posibilidades con la Gravity Gun.
No vendamos la piel del oso antes de cazarlo
A ver, que no se nos suba la emoción a la cabeza. Hemos estado aquí antes. La historia de Half-Life 3 está pavimentada con rumores rotos y esperanzas frustradas. Valve es una compañía hermética, casi una secta. Son capaces de tener el juego terminado y guardarlo en un cajón hasta que la alineación de los planetas sea la correcta. O peor, cancelarlo sin más.
El propio Geoff Keighley, maestro de ceremonias de The Game Awards, a veces parece jugar con nuestros sentimientos con tuits crípticos. Y aunque The Game Awards del 11 de diciembre suena como el escenario perfecto para una revelación de este calibre, también es muy propio de Valve pasar de saraos y anunciarlo un martes cualquiera, con una simple nota de prensa.
Lo que sí parece claro es que, si finalmente ocurre, no será un juego cualquiera. Valve no vuelve a Half-Life para hacer un juego «correcto». Vuelven para cambiar las reglas, como ya hicieron en 1998 y 2004. La presión que tienen encima es monumental, y solo se atreverán si creen que tienen entre manos algo que de verdad vaya a marcar un antes y un después.
Así que, ¿qué hacemos? ¿Nos subimos al tren del hype o nos quedamos en el andén, con los brazos cruzados y esa sonrisilla de «ya te lo dije»? Yo, qué queréis que os diga, ya he sacado mi billete. Puede que me estrelle, pero ¿y lo bonito que es soñar? Ahora, si me disculpáis, voy a reinstalar Black Mesa. Por si las moscas.

