Un Banquete Anunciado a Bombo y Platillo
Recuerdo cuando King of Meat empezó a asomar la patita. Los tráilers, la expectación… ¡madre mía! Amazon Game Studios, junto al estudio Glowmade, no escatimaron en recursos para que este party game cooperativo llegara hasta el último rincón del planeta. Estamos hablando de una campaña multimillonaria de manual, de esas que hacen que hasta tu abuela se entere de que hay un juego nuevo de cocineros con pinta de locura.
La cosa no era para menos: un anuncio por todo lo alto en el Opening Night Live de Gamescom 2024, autobuses customizados circulando por Londres, y la joya de la corona, una colaboración con el mega influencer Mr. Beast, que incluso le dedicó un especial con un premio de 250.000 dólares. ¡Casi nada! La meta era ambiciosa, con expectativas de alcanzar los 100.000 jugadores concurrentes. ¿Quién no se ilusionaría con semejante despliegue? La mesa estaba puesta para un festín.
El Menú de la Desesperación: Un Lanzamiento Desastroso
Pero ay, amigos, qué rápido se enfría un plato mal preparado. Octubre de 2025 llegó, y con él, el esperado lanzamiento de King of Meat. Y lo que nos encontramos no fue un banquete, sino un plato de sobras recalentadas. De los 100.000 jugadores concurrentes que la cúpula directiva esperaba como agua de mayo, la realidad en SteamDB fue un jarro de agua fría: un pico de ¡320 jugadores! Sí, habéis leído bien. Trescientos veinte. Ni siquiera un fin de semana gratuito en Steam sirvió para levantar cabeza, alcanzando apenas 320 jugadores en su mejor momento.
El juego, un co-op party platformer, prometía diversión multijugador, pero si no hay jugadores, ¿dónde está la fiesta? La verdad es que un lanzamiento tan pobre para un título con tanta inversión detrás no solo es decepcionante, es casi un milagro a la inversa. Es como si hubieras organizado la fiesta del siglo, y al final solo hubieran aparecido los tíos del catering.

La Factura: Despidos y el Futuro Incierto de Glowmade
Y como suele ocurrir en estos casos, cuando la comida se estropea, alguien tiene que pagar la factura. Y no, no nos referimos a los jugadores que invirtieron su tiempo y dinero, sino a los desarrolladores de Glowmade. Apenas un par de meses después de este fiasco, las conversaciones sobre «despidos voluntarios» empezaron a sonar.
Fuentes internas revelan que algunos desarrolladores ya han sido despedidos, y se esperan más recortes para enero de 2026, a pesar de las promesas de la directiva de que había «suficiente margen» para mantener al personal. Esto no solo pone en jaque las futuras actualizaciones para King of Meat (¿para qué, si no hay jugadores?), sino que también deja en el aire el futuro de Glowmade. Otra vez, el ciclo vicioso de la industria del videojuego golpea con fuerza: se invierte a lo grande, se fracasa estrepitosamente, y los de siempre, los que picaron código y dieron vida al proyecto, son los que pagan el pato. Es una pena, de verdad.

Reflexiones de un Gamer con el Corazón Roto (y el Hígado Tocado)
Ver casos como el de King of Meat me revuelve por dentro. No es el primer lanzamiento desastroso que vemos, ni será el último. Cyberpunk 2077, Anthem, o incluso Assassin’s Creed Unity son nombres que nos vienen a la mente cuando pensamos en el «día uno» infernal. Pero lo de este título tiene un sabor especialmente amargo. ¿Cómo es posible que con una campaña multimillonaria y el respaldo de un gigante como Amazon, un juego falle de esta manera tan estrepitosa?
Aquí la cosa es más profunda que un simple «el juego es malo». Parece que la desconexión entre las expectativas de la directiva (esos 100.000 concurrentes) y la realidad del mercado (¿un party game con carne cruda como reclamo principal?) fue abismal. ¿Realmente se hizo un estudio de mercado adecuado? ¿O fue simplemente un caso de «mucho dinero y pocas nueces» invertido en marketing sin una base sólida de diseño o atractivo a largo plazo?
Me duele ver cómo el talento de equipos enteros se ve sacrificado en el altar de las decisiones empresariales fallidas. Los despidos son la parte más cruda de esta historia, y es un reflejo de una industria que, a veces, parece olvidar que detrás de cada proyecto hay personas, con sus sueños y sus hipotecas. Y claro, uno se pregunta: ¿qué lecciones se están aprendiendo de todo esto? ¿Volveremos a ver otro juego con una campaña brutal, prometiendo la luna, para luego estrellarse de bruces contra la realidad?
Espero de corazón que Glowmade pueda recuperarse, y que los desarrolladores afectados encuentren pronto su lugar en otros proyectos. Porque la pasión por crear videojuegos, por contar historias y por ofrecer experiencias, es algo que no debería morir por la ambición desmedida o la falta de conexión con la comunidad. En fin, otro plato que se nos ha quedado atravesado.

