Amigos y amigas de Vitalgamer, preparaos para una sacudida en el cosmos de los RPG. Larian Studios, esos genios belgas que nos regalaron el Juego del Año 2023 con Baldur’s Gate 3, lo han vuelto a hacer. Justo cuando pensábamos que se tomarían un merecido respiro, o quizás nos sorprenderían con un DLC, la noticia ha caído como un meteorito en los The Game Awards 2025: un nuevo juego de Divinity está en desarrollo. Y sí, es aún más ambicioso que su predecesor. ¿Listos para desentrañar los primeros secretos de lo que promete ser el siguiente coloso del rol?
La Resurrección de un Gigante (y no, no hablo de Tiamat)
Recordemos un momento. Antes de que Baldur’s Gate 3 nos arrastrara a todos a los Reinos Olvidados con su encanto indomable, Larian ya era un nombre respetado entre los amantes del rol más puro. Su serie Divinity: Original Sin, especialmente la segunda entrega, fue una auténtica joya de la corona del género CRPG. Divinity: Original Sin II – Divine Edition, con todo su contenido extra y mejoras, ya era una demostración de lo que estos artistas eran capaces de hacer: narrativas complejas, personajes memorables, combate táctico por turnos y una libertad de decisiones que pocas veces se ve.
Pero entonces llegó Baldur’s Gate 3, se comió el mundo y lo escupió en forma de premios y alabanzas unánimes. Muchos pensamos: «Ahora toca Baldur’s Gate 4 o un DLC que nos dé más ración de Astarion». Pues no, señoras y señores. Swen Vincke, el carismático director de Larian Studios, ya lo dejó claro: no harían ni uno ni lo otro. Su visión iba más allá, quería regresar a su propia propiedad intelectual para tener una libertad creativa total. Y vaya si lo ha hecho.

¿Un Nuevo Viaje a Rivellon? Primeras Señales y Rumores Confirmados
El anuncio en The Game Awards 2025 fue el bombazo, resuelto el misterio de la famosa estatua que Geoff Keighley había estado mostrando. El nuevo juego se llama, simplemente, Divinity. Y ojo, que no es Divinity: Original Sin 3. Larian ha confirmado que es un nuevo Divinity, una continuación de la saga, pero no una secuela directa de Original Sin 2. Esto significa un universo renovado, pero manteniendo esa esencia rolera y esa libertad que tanto amamos.
Y aquí viene la guinda del pastel: se ha dicho que este nuevo Divinity será «más grande que Baldur’s Gate 3». ¿Podéis procesar eso? Un juego que eclipsa en ambición al GOTY 2023… la barra está altísima, sí, pero si hay un estudio capaz de saltarla sin despeinarse, es Larian. El tráiler, puramente cinemático, ya nos ha dejado entrever un tono de fantasía oscura, con rituales, sacrificios y un ambiente que da mal rollo, del bueno. Eso sí, como es lógico, el juego está en una fase temprana de desarrollo, por lo que tendremos que armarnos de paciencia. Las estimaciones más optimistas apuntan a un posible acceso anticipado para 2026 o 2027.
El Legado de Original Sin II y las Expectativas del Próximo Capítulo
Cuando pienso en Divinity: Original Sin II, se me viene a la cabeza ese combate táctico por turnos que era un puzle constante, la interacción con el entorno que te permitía explotar cada elemento, y la profundidad de sus historias de origen. ¿Quién no recuerda su primera vez intentando sacar el máximo partido a las superficies elementales? Era una gozada que te dieran tantas herramientas y que el juego te animara a usarlas de formas inesperadas.
La Divine Edition de Original Sin II no solo ofrecía el juego base, sino también un festín de extras digitales que reafirmaban el amor de Larian por los detalles y la comunidad. Ahora, con la experiencia y el motor gráfico de Baldur’s Gate 3 bajo el brazo, las expectativas para este nuevo Divinity son estratosféricas. Larian ha crecido, no solo en tamaño de equipo (abrieron una nueva sede en Barcelona, ¡casi nada!), sino en ambición y capacidad. La posibilidad de que regresen a Rivellon con todas las lecciones aprendidas de Baldur’s Gate 3, y sin las limitaciones de una IP ajena, es sencillamente excitante.

Más Allá de los Dados y las Bendiciones: El Sello Larian
Si hay algo que caracteriza a Larian Studios, es su filosofía de diseño. No se trata solo de rol por turnos, es la libertad casi absurda que te ofrecen. ¿Quieres incinerar un pueblo entero porque sí? Adelante. ¿Intentar resolver un conflicto diplomáticamente, aunque seas un elfo necrófago? Por supuesto. La reactividad de sus mundos, la cantidad de formas de abordar una situación y ese toque de humor gamberro que impregna sus diálogos son su marca personal.
Con este nuevo Divinity, Larian promete aprovechar toda la experiencia técnica ganada con Baldur’s Gate 3. Esto se traduce en cinemáticas más elaboradas que no corten el rollo, sistemas de diálogo aún más profundos y, por supuesto, esa libertad para resolver situaciones de formas completamente inesperadas que tanto nos gusta. Si combinamos la profundidad narrativa y la presentación cinematográfica de BG3 con la libertad elemental y la inventiva de D:OS2, lo que tenemos entre manos podría ser una auténtica obra maestra. Y sin las restricciones de la licencia de D&D, ¿quién sabe hasta dónde pueden llegar con sus propias reglas y lore?
¿Aprenderá del Dragón Durmiente? Lecciones de Baldur’s Gate 3
Baldur’s Gate 3 elevó el estándar del género RPG a un nivel que pocos creían posible. La actuación de voz brutal, las expresiones faciales de los personajes que te hacían sentir cada emoción, la inmersión que generaban las cinemáticas… todo era de una calidad excepcional. Esos son elementos que, sin duda, Larian importará a su nuevo Divinity. Imaginad Rivellon con ese nivel de detalle visual y sonoro, con diálogos que te calan hasta los huesos.
Además, la forma en que Baldur’s Gate 3 manejó la agencia del jugador, permitiendo que nuestras decisiones tuvieran un peso real y ramificaciones significativas, es algo que Larian perfeccionará aún más. Si Vincke dice que este Divinity será su juego más grande y ambicioso, no es por fanfarronear. Es porque tienen la visión, el equipo y, ahora, la experiencia para llevarlo a cabo. El reto es enorme, pero viendo su trayectoria, no dudo que estén a la altura. Es como cuando tu amigo te dice «esta es la última, lo juro», pero sabes que va a ser la mejor noche de tu vida.

Un Futuro Divino (y esperemos que no Divinity: Original Sin III sea el subtítulo)
En serio, el simple hecho de que se llame Divinity a secas, sin numeración ni subtítulos que lo encasillen, ya me dice mucho. Larian quiere hacer algo fresco, un nuevo punto de partida para su universo, libre de las expectativas directas de una secuela. Es una declaración de intenciones: «Hemos vuelto a casa, y traemos todo lo aprendido para crear la experiencia definitiva de Divinity«.
Este anuncio no solo es emocionante para los fans de Larian, sino para el género RPG en general. Demuestra que se pueden hacer juegos complejos, profundos y masivos sin sacrificar la libertad del jugador ni la calidad técnica. Larian ha establecido un estándar muy alto, y ahora se lo auto-supera. Toca esperar, sí, pero la espera valdrá la pena. Estoy convencido de que este nuevo Divinity será un antes y un después, una aventura que nos dejará con la boca abierta y el corazón RPG contento.

