El ciclo infinito de Call of Duty: Hype, decepción y el parche salvador.
Seamos sinceros, a estas alturas el lanzamiento de un nuevo Call of Duty sigue un guion más predecible que una película de sobremesa. Primero, el tráiler espectacular que nos pone los pelos de punta. Después, la beta que nos deja con un sabor agridulce pero esperanzado. Y finalmente, el lanzamiento, ese momento en el que la cruda realidad nos golpea con bugs, desequilibrios y una alarmante falta de contenido. Call of Duty: Black Ops 7 no ha sido la excepción; de hecho, ha elevado este dudoso arte a un nuevo nivel.
La premisa era brutal: ‘Embrace the madness’. Un futuro distópico en 2035, guerra psicológica, el regreso de David Mason… Treyarch y Raven Software nos prometieron el Black Ops más retorcido hasta la fecha. Lo que recibimos fue una locura, sí, pero la de intentar jugar una partida sin que el audio se rompiera, sin que un arma claramente desbalanceada dominara cada lobby o sin aburrirnos a los tres días con una rotación de mapas escasa. La comunidad, como era de esperar, puso el grito en el cielo. ¿La respuesta de Activision? La de siempre: la Temporada 1, la actualización masiva que llega como un mesías digital para arreglar el desaguisado.
Un parche del tamaño de un juego completo
Hay que reconocerlo, el parche de la Temporada 1 es titánico. Tres mapas multijugador nuevos (incluyendo el inevitable remake de Nuketown 2035, que ya cansa un poco pero siempre se agradece), cuatro armas nuevas que parecen agitar de verdad el meta, un nuevo operador carismático y una lista de correcciones de errores tan larga como la lista de la compra de una familia numerosa. Se nota que han estado escuchando, o más bien, que la sangría de jugadores ha hecho saltar todas las alarmas en las oficinas.
Las armas por fin se sienten equilibradas, los servidores parecen más estables y, en general, la experiencia es mucho más parecida a la que deberían habernos entregado en el día uno. Pero la pregunta clave sigue en el aire: ¿es suficiente para perdonar y olvidar? El daño a la confianza del jugador ya está hecho. Hemos pagado el precio completo por un producto inacabado, actuando como beta testers involuntarios durante semanas. Esta actualización no es un regalo; es una obligación que llega tarde.
La sorpresa que me hizo tragarme mis palabras
He de admitirlo. Entre tanto cinismo y queja justificada, algo me ha sorprendido. Y para bien. Dentro de todo el contenido nuevo, han introducido un modo de juego llamado ‘Espectro’. Y, amigos, esto es otra historia. Se basa en la guerra psicológica que tanto nos vendieron. En ‘Espectro’, el juego manipula activamente tus sentidos: escuchas pasos que no existen, ves siluetas de enemigos que son señuelos holográficos y el minimapa se convierte en tu peor enemigo, mostrándote información falsa. Es la primera vez en años que un Call of Duty me hace sentir genuinamente tenso, paranoico y desorientado. Es, por fin, esa ‘locura’ que nos prometieron. Una pequeña joya de diseño brillante en mitad de un mar de correcciones y contenido estándar. Me ha callado la boca, y me alegro.
Veredicto: Un torniquete en una herida abierta
Entonces, ¿salvará la Temporada 1 a Call of Duty: Black Ops 7 del fracaso? A corto plazo, sí. El nuevo contenido y los arreglos cruciales harán que muchos jugadores vuelvan y le den una segunda oportunidad. El juego es ahora, objetivamente, mucho mejor. Sin embargo, este modelo de ‘lanzar roto, arreglar después’ es insostenible y una falta de respeto al consumidor. La actualización es un paso en la dirección correcta, un torniquete necesario para detener la hemorragia. Pero la cicatriz del lanzamiento sigue ahí. La pelota está de nuevo en el tejado de Activision. Tienen una base sólida ahora, pero la confianza, una vez rota, es muy difícil de reparar.
