¡Ojo al dato, gente de Vitalgamer! Se huele a pólvora fresca en el horizonte, y no cualquier pólvora, sino una con el inconfundible aroma de la buena. Estamos hablando de Highguard, el flamante shooter que nos traen los mismos magos que nos regalaron la frenética verticalidad de Titanfall y la estrategia por escuadrones de Apex Legends. ¿Estaremos ante el próximo rey del gallinero o solo un buen intento? He tenido la oportunidad de darle unos buenos tientos y, creedme, hay mucho que desgranar.
El Legado de los Titanes: ¿Presión o Bendición?
El peso de un legado es algo curioso. Cuando un estudio con el pedigrí de los responsables de Titanfall y Apex Legends anuncia un nuevo proyecto, las expectativas se disparan hasta Plutón y más allá. Es una espada de doble filo: por un lado, genera una expectación brutal y la confianza ciega de saber que, en cuanto a mecánicas de disparo y movimiento, rara vez defraudan. Por otro, la presión de no igualar o superar la obra anterior puede ser asfixiante. ¿Podría Highguard estar a la altura de sus hermanos mayores?Pues bien, después de unas cuantas horas inmerso en sus refriegas, puedo decir que la herencia es palpable, pero también lo es la intención de forjar su propio camino. Se nota la mano de los veteranos, esa sapiencia en el gunplay y en la fluidez de la acción que pocos estudios dominan. Es como si hubieran cogido lo mejor de su ADN y lo hubieran cocinado a fuego lento, añadiéndole su propia sazón. Y, oye, el resultado es prometedor.
Primer Contacto: La Adrenalina se Dispara
Lo primero que te golpea al saltar a la arena de Highguard es esa sensación de «esto me suena, pero no». Es un déjà vu placentero. La acción es inmediata, sin rodeos, y te lanza de cabeza a un frenesí de disparos y habilidades. El ritmo es endiablado, pero no caótico; hay un orden dentro de la locura, una coreografía letal que, si la dominas, te hará sentir como el mismísimo John Wick.Los mapas, por lo que he podido probar, son un laberinto de oportunidades tácticas, con verticalidad a raudales que invita a flanquear, sorprender y, por supuesto, a presumir de jugadas espectaculares. Y es que si algo han heredado de su árbol genealógico, es esa capacidad de hacerte sentir un auténtico *pro* aunque solo lleves un par de partidas.
Movimiento y Disparo: El ADN Implacable
Aquí es donde los creadores de Highguard brillan con luz propia. El sistema de movimiento es una maravilla, heredando esa agilidad y fluidez que hicieron de Titanfall una experiencia única. Hay *dashs*, deslizamientos y una sensación de ligereza que te permite moverte por el escenario como si fueras un ninja con un jetpack. Esto, combinado con un diseño de *mapas* que fomenta la verticalidad, crea un bucle jugable que es pura adicción. Te invita a no quedarte quieto, a buscar ángulos, a ser impredecible.Y el gunplay, ¡ay, el gunplay! Cada arma tiene su peso, su retroceso, su personalidad. Desde los fusiles de asalto que escupen plomo sin piedad hasta los rifles de francotirador que te obligan a tener una precisión milimétrica, todas se sienten responsivas y letales. No hay esa sensación de estar disparando guisantes, sino auténticas balas que hacen pupa. Las habilidades de los personajes (sí, hay algo de sabor a héroes, pero más sutil) complementan este arsenal, añadiendo capas tácticas sin sobrecargar la experiencia. Es un baile entre el instinto y la estrategia.

El Diseño de Mapas y Modos: ¿Novedad o Reciclaje?
En cuanto a los mapas, he de decir que, de momento, lo que he visto me ha convencido. Son intrincados, con múltiples rutas y puntos de interés que evitan la monotonía. Hay un equilibrio entre zonas abiertas y pasillos estrechos, fomentando tanto el tiroteo a larga distancia como el combate cuerpo a cuerpo. No he notado grandes revoluciones, pero sí una ejecución pulcra y efectiva de lo que ya sabemos que funciona.Los modos de juego presentados en esta primera toma de contacto son bastante estándar: el clásico Deathmatch por equipos, un modo por objetivos y alguna que otra sorpresa que no desvelaré para no arruinaros la diversión. Aquí, quizás, es donde esperaba un poquito más de atrevimiento, pero entiendo que en las primeras fases es mejor consolidar lo que funciona. La base es sólida y la diversión está garantizada, que al final es lo que buscamos, ¿no?
La Curva de Aprendizaje y el Meta: Un Reto Familiar
Si algo he notado en Highguard es que es un juego «fácil de aprender, difícil de dominar». Cualquiera puede cogerlo y empezar a disparar, pero la verdadera maestría llega con la comprensión de sus mecánicas avanzadas, el manejo de las habilidades de los diferentes personajes y, por supuesto, la comunicación con el equipo. Hay una capa de profundidad estratégica que se intuye en cada partida.El meta del juego, es decir, las estrategias y combinaciones más efectivas, ya empieza a asomar la patita. Parece que el posicionamiento, la gestión de las habilidades en el momento justo y la capacidad de flanquear serán cruciales. No es un *shooter* de ir a lo loco, aunque te lo permita de vez en cuando. La toma de decisiones rápidas y el conocimiento del mapa marcan la diferencia entre ser carne de cañón o un héroe que salva la partida en el último segundo. Un poco como en la vida misma, ¿verdad?
Gráficos y Sonido: Inmersión sin Sacrificios
Visualmente, Highguard es un caramelo para los ojos. El diseño artístico es vibrante, con una paleta de colores que, sin ser estridente, capta tu atención. Los efectos de partículas, las explosiones y los modelados de los personajes están a la altura de lo que esperamos de un título de esta envergadura. El rendimiento, incluso en estas primeras impresiones, ha sido sorprendentemente bueno, lo que siempre es de agradecer en un juego tan frenético.

Y el sonido… ¡madre mía, el sonido! Es una auténtica sinfonía de destrucción. El crujido de las botas al correr, el silbido de las balas al pasar rozando, el inconfundible sonido de una escopeta haciendo de las suyas… Cada efecto está diseñado para sumergirte de lleno en la acción. La dirección del sonido es excelente, permitiéndote identificar la posición de los enemigos con una precisión que te hará sentir un auténtico depredador en el campo de batalla. Es la clase de juego que te obliga a ponerte unos buenos cascos y subir el volumen al máximo.
El Factor Comunidad y el Futuro: ¿Un Nuevo Gigante?
Una de las grandes incógnitas con todo *shooter* online es su capacidad para forjar una comunidad sólida y mantenerse relevante a largo plazo. Por lo que he podido vislumbrar en estas primeras tomas de contacto, Highguard tiene todos los ingredientes para conseguirlo. La base jugable es fantástica, el *gunplay* es adictivo y el potencial para el eSport es innegable.La clave estará en cómo gestionen el contenido post-lanzamiento, la comunicación con los jugadores y la implementación de mejoras basadas en el *feedback*. Si mantienen el ritmo, si saben escuchar y si siguen puliendo lo que ya es un diamante en bruto, Highguard podría convertirse en un contendiente serio en un mercado de *shooters* que, aunque saturado, siempre tiene espacio para la calidad y la innovación bien ejecutada. Estoy deseando ver qué nos depara el futuro con este título. ¡La competición va a estar interesante!

