Seamos sinceros. A estas alturas, pensar que Valve iba a volver al ruedo del hardware de salón era como esperar Half-Life 3 en el próximo E3… oh, espera. La compañía de Gabe Newell, con esa media sonrisa que parece decir «sé más que tú y me divierte», ha vuelto a hacerlo. Cuando el eco de la Steam Deck todavía resuena como la mejor consola portátil que muchos hemos tocado, Valve anuncia no uno, ni dos, sino tres nuevos aparatos para 2026. Y no, no es una broma. Agarraos, que vienen curvas: una nueva Steam Machine, un misterioso dispositivo llamado Steam Frame y un rediseñado Steam Controller. Casi nada.
El regreso del hijo pródigo: ¿Una Steam Machine para dominarlas a todas?
La primera vez que Valve intentó conquistar nuestros salones con las Steam Machines, la cosa salió… regular. Fue una idea noble, un PC con alma de consola, pero la ejecución fue un caos de configuraciones, precios dispares y un SteamOS que aún estaba en pañales. Era como un adolescente intentando sentarse en la mesa de los adultos: tenía potencial, pero le faltaba un hervor.
Pero esto es diferente. Esto es Valve después de la Steam Deck. Han aprendido. Vaya si han aprendido. La nueva Steam Machine (2026) se presenta como un sistema cerrado, un único modelo diseñado y fabricado por ellos. Se acabaron los intermediarios. Prometen un rendimiento 4K estable gracias a una APU de AMD diseñada a medida, la misma filosofía que hizo grande a la Deck, pero con la potencia desatada de un sobremesa. La clave, según susurran, es una versión de SteamOS tan pulida y optimizada que hará que Windows parezca una reliquia del pasado. ¿El objetivo? Unificar el ecosistema PC y ofrecer una alternativa real a PlayStation y Xbox. Una máquina que simplemente conectas, enciendes y juegas. Qué concepto tan revolucionario, ¿verdad?

Steam Frame: El lujo de jugar en la palma de tu mano
Justo cuando pensábamos que la Steam Deck OLED era el culmen, Valve nos saca de la chistera la Steam Frame. Y aquí es donde mi vena de early adopter empieza a temblar. No la llaman «Deck 2», y eso es intencionado. La Steam Frame se posiciona como un dispositivo *premium*. Hablamos de una pantalla OLED con micro-LED, biseles casi inexistentes, una tasa de refresco de 144Hz y una ergonomía mejorada que, según dicen, «se siente como una extensión de tus manos».
No busca reemplazar a la Deck, sino convivir con ella. Es el capricho, el dispositivo para el que quiere la mejor experiencia portátil sin compromisos. Me la imagino como el iPhone de las consolas portátiles: un diseño exquisito, una potencia comedida pero increíblemente optimizada y un precio que, probablemente, nos dará un susto de muerte. Pero, ¿a quién queremos engañar? La querremos igual. Valve apunta a un nicho que sabe apreciar la calidad por encima del precio, y con el éxito de su hermana mayor, es una apuesta más segura de lo que parece.
El mando que merecíamos: Un Steam Controller renacido
Ah, el Steam Controller original. Te quise y te odié a partes iguales. Esa maravilla de la ingeniería con sus trackpads hápticos que prometían la precisión de un ratón… y que a menudo se sentía como intentar acariciar a un gato enfadado. Era innovador, sí, pero también un poco alienígena para muchos.
Valve ha escuchado. El nuevo Steam Controller (2026) parece la redención. Mantiene un trackpad derecho mejorado, más grande y con una respuesta háptica personalizable hasta el extremo, pero ¡sorpresa!, recupera un stick analógico izquierdo más tradicional. Se acabaron los experimentos raros para el movimiento básico. Añaden giroscopio mejorado, gatillos adaptativos y una batería que promete durar semanas. Es como si el diseño original y un mando de Xbox hubieran tenido un hijo superdotado. Este podría ser, de verdad, el mando definitivo para el jugador de PC que quiere versatilidad sin sacrificar la comodidad de lo conocido. Un mando para gobernarlos a todos, ahora sí.

